
EL INCIENSO Y LA PRESENCIALIDAD, el camino de la adaptación
Nuestros potenciales incluyen nuestra habilidad para comunicarnos claramente, entender la realidad, empatizar con otros y mejorarnos a nosotros mismos.
La presencialidad se puede comenzar a trabajar desde nuestro Sistema Nervioso Central, bajar la respuesta reactiva para calmar a nuestra mente y tener presencia mental, lo cual significa recordar constantemente darnos cuenta de cómo estamos actuando y hablando con los demás, y cómo estamos pensando cuando estamos solos. No se trata solo de observar y dejar las cosas como están. Cuando tenemos presencia mental podemos discernir entre lo que es constructivo y lo que es destructivo. Esto no significa egocentrismo: en realidad, nos volvemos más atentos y abiertos a los demás. La presencialidad no es solo un estado mental, sino que es un estado orgánico en el que se procesa la información en el momento presente, las reacciones químicas se dan en base a lo que procesamos en el momento, no hay anclaje o memoria del pasado ni un futuro, EL ESTADO ES AHORA. Por supuesto que actuamos y procesamos basados en la experiencia vivida, sin embargo si esto se hace desde la integración del aprendizaje de esas experiencias y no desde el dolor, memoria reactiva que nos coloca en una situación de protección, huida,….en definitiva de supervivencia orgánica -estrés.
Los factores externos y las personas ciertamente proporcionan las circunstancias para que nuestras dificultades, nuestras fricciones y aquello que nos aleja de nuestra coherencia surjan, sin embargo, al identificar las causas más profundas desde la observación disuelve estos patrones reactivos.
Nos fortalecemos con amor y compasión y nos enfocamos en la vacuidad de todo lo involucrado. Nos entregamos a la vida y a otros desde el mismo estado.
Cuando revisamos las enseñanzas budistas tradicionales, encontramos una abundancia de orientaciones prácticas que son útiles para cualquier persona, en cualquier época y en cualquier cultura.
Cualidades para cultivar para vivirte en expansión. ADAPTACIÓN.
- Generosidad – con tu tiempo, consejo, ayuda y posesiones. – NO AFERRARSE O APEGO.
- Autodisciplina – evitar formas destructivas de comportarse o de hablar, de tomar decisiones y acciones diarias. Entrega.
- Paciencia – con las dificultades de ayudar a los demás, de tal forma que no nos enojemos ni nos frustremos.
- Valentía y resistencia – para continuar, sin importar qué tan difíciles se pongan las cosas.
- Estabilidad mental y emocional – para permanecer enfocados y no salirnos del camino.
- Discriminación – entre lo que es útil y lo que es dañino, y entre lo que es apropiado e inapropiado.
VACUIDAD
Cuando hablamos de vacuidad, hablamos de una ausencia de formas imposibles de existencia. Son muchas palabras, pero eso es a lo que se refiere la vacuidad.
Cuando se habla de enfrentarse cara a cara con la Vacuidad, se habla de una experiencia infinitamente sagrada, pues la vacuidad no es otra cosa que la matriz de la existencia, la realidad última en la cual el pasado y el porvenir, lo próximo y lo lejano, el Uno y lo Múltiple son transcendidos y donde nada oscurece el resplandor radiante de lo Verdadero. En el estado actual, vemos el Uno bajo el aspecto de lo Múltiple; en un estado más avanzado ―la vacuidad menor― veremos lo Múltiple bajo el aspecto del Uno; cuando la meta es alcanzada, se revelan los dos en su forma eterna que transciende toda distinción más allá de las palabras y de los pensamientos.
MI FORMULA PARA TI: 30ML
- INCIENSO – Boswellia carterii o serrata – 21gotas
- SÁNDALO INDIAS – Amyris balsamifera – 13 gotas
- VETIVER – Vetiveria zizanoides -8 gotas
- Aceite Vegetal – 30ml